Tal como están las cosas en el fútbol español, un asturiano tiene todas las papeletas para ser el gran perdedor del clásico. Haga lo que haga, difícilmente Mejuto González saldrá indemne del fuego cruzado mediático que ha marcado la temporada futbolística entre Madrid y Barcelona. Por eso, el regalo anticipado de cumpleaños (La Felguera, 16-4-65) o el premio a su trayectoria en vísperas de la jubilación llegan acompañados por una buena dosis de veneno. En todo caso, no podrá borrar una trayectoria que le aupó al número uno del arbitraje español de los últimos años. Un clásico para el derbi.
Poco importa que sea el árbitro español que ha dirigido más partidos internacionales o que lleve más de 250 en Primera División, lo que le ha aupado al número uno del ranking español, tras batir en octubre la marca (248) que mantenía el navarro Daniel Zariquiegui desde 1970. Desde que se conoció la designación para el Madrid-Barça no han dejado de escudriñar en su historial para especular por dónde pueden ir los tiros a partir de las 10 de la noche del sábado.
Desde Barcelona, por ejemplo, tiraron de estadística para destacar el balance claramente favorable del Madrid con Mejuto: 18 victorias, ocho empates y sólo dos derrotas, la última el 28 de noviembre de 1999 frente al Celta en Balaídos (1-0). Uno de los triunfos blancos fue en el único clásico pitado por el asturiano hasta ahora: Barcelona, 0; Real Madrid, 1 (Baptista) el 23 de diciembre de 2007. Mejuto tiene una explicación para su mínima presencia en el gran partido de la Liga española: «Me tocó la época del ordenador, el sorteo puro y duro».
Al Barça no le fue tan bien como a su gran rival con Mejuto. En 26 partidos hubo doce victorias azulgranas, seis empates y ocho derrotas. Afinando en los datos, el Madrid también sale favorecido con Mejuto en una de las acciones más determinantes en el fútbol, los penaltis. Ha señalado seis a favor y dos en contra del Madrid, mientras que en el caso del Barça han sido cuatro y seis, respectivamente.
Sin embargo, uno de los más amargos recuerdos recientes del madridismo está relacionado con Mejuto González. El felguerino dirigió la final de Copa del Rey de 2002, Madrid-Deportivo, que fue bautizada como el «Centenariazo» por la victoria del Deportivo (1-2) en el Bernabeu coincidiendo con los cien años del club blanco. Mejuto no tuvo mayores problemas durante los 90 minutos, pero para la historia quedó la imagen final de Fernando Hierro reprochando al árbitro asturiano su criterio con el descuento.
«La Liga no se decidirá por un error arbitral porque son muchos puntos», declaró Mejuto el miércoles a la emisora de radio de la Federación Española de Fútbol. En la temporada del «villarato», por los supuestos favores arbitrales al Barcelona, Mejuto González pide comprensión y objetividad: «Los árbitros podemos hacer una labor de noventa minutos muy buena y un error puntual tira al garete todo el trabajo realizado». Algo que no ocurre con sus colegas de otros países: «La Liga española es la más exigente y seguida del mundo, y eso conlleva una responsabilidad. En reuniones internacionales, cuando les dices a los compañeros que si quieren arbitrar en España, les da un poco la risa».
Mejuto no se ríe ni se relaja, aunque esté en vísperas de su jubilación arbitral: «Cien por cien concentrado. Hasta que toque el pitido final de mi carrera voy a poner los cinco sentidos». Condicionado por la norma no escrita que impide a los árbitros hablar sobre los partidos que dirigen, Mejuto González hace una declaración de intenciones muy general sobre sus deseos ante el clásico: «Que no presente situaciones muy complicadas porque hay veces que, hagas lo que hagas, no está al gusto de todos».