Desde su lanzamiento al mercado a principios de 2007, Audi ha logrado vender aproximadamente 14.000 unidades de su R8 Coupé. Esto satisface en gran medida las expectativas puestas en este modelo. A partir del 27 de marzo de 2010, estas expectativas se revisarán al alza, puesto que a partir de esa fecha los de Ingolstadtdarán el pistoletazo de salida al nuevo R8 Spyder. Se prevé que aproximadamente el 30% de los pedidos del R8 correspondan a su variante descapotable. En nuestra opinión muy pocos, dado que el Spyder tiene un potencial de fascinación muy superior al del modelo Coupé.

Aun así, el Coupé es ya de por sí un excelente automóvil, un admirado deportivo y el blanco de todas las miradas, aunque debemos decir que ofrece ciertas prestaciones que le hacen apto para el día a día. Resulta muy cómodo, sus acabados son exquisitos, es espectacularmente llamativo, fácil de conducir y, a pesar de todas sus singularidades, continúa siendo un Audi en toda regla. Aunque el motor V10, la tracción integral, la caja de cambios, el sistema de frenos y algunos otros componentes corresponden con los del Lamborghini Gallardo, las diferencias entre ambos deportivos continúan siendo grandes, y no por casualidad. Un Lamborghini no deja de ser un Lamborghini y un Audi un Audi, independientemente de la estrategia de componentes idénticos.

Preferiblemente, siempre abierto

Además, lo que resulta sumamente divertido es conducir esta máquina sin capota cuando el tiempo en realidad no lo permite. Pensando en el clima Audi ofrece, en primer lugar, la posibilidad de abrir y cerrar el conjunto de textil y magnesio de 42 kilogramos de peso en tan sólo 20 segundos. En segundo lugar, el Spyder dispone de una luneta trasera abatible eléctricamente que, con la capota cerrada, impulsa el ruido del motor directamente al interior del vehículo sin dejar que se creen corrientes de aire o turbulencias. A los más sensibles les será de gran ayuda un cortavientos poco práctico para amortiguar las turbulencias (incluso a velocidades propias de una autopista), dando aun así rienda suelta al sonido del motor.